Por Yonder Made Terrero
El baloncesto se practica hoy en día prácticamente en
todas las universidades y planteles educativos de todo el mundo, siendo uno de
los deportes colectivos de mayor aceptación en las apuestas deportivas. La
práctica del baloncesto puede aportar múltiples beneficios a los niños y
adolescentes que deseen disfrutar de este deporte; y no solo por el propio ejercicio
físico en sí, sino por los valores que conlleva.
Así lo atestiguan diversos estudios, entre ellos, el
publicado por la Federación
Internacional de Baloncesto (FIBA), escrito por el prestigioso técnico
español Chema Buceta, quien destaca los beneficios para el desarrollo y la
formación de los jóvenes, así como el fortalecimiento de la salud, el fomento
de valores personales y sociales como son el compromiso, la perseverancia, las
responsabilidades individuales dentro del grupo, el trabajo en equipo, el
respeto a las normas y a los demás y a aprender a competir.
El baloncesto es considerado un instrumento muy
valioso en el proceso formativo de los jóvenes, ya que aporta al desarrollo de
recursos psicológicos como el cognitivo, la percepción de control, la
autoconfianza, el autoconcepto y la autoestima y el autocontrol, pero para ello
tiene que cumplir unos requisitos que deben ser tenidos en cuenta, siendo
responsabilidad de directivos, padres y entrenadores asegurarse de que tales
requisitos estén presentes.
Los niños tienen el derecho de participar en
competiciones deportivas, cuyo nivel sea adecuado a su habilidad personal, y
también a otros aspectos como tener un entrenador cualificado, a jugar como un
niño y no como un adulto, a intervenir en la toma de decisiones sobre su
actividad deportiva, a practicar la actividad deportiva en un entorno seguro y
saludable, a tener la preparación adecuada para poder participar en las
competiciones, a la igualdad de oportunidades, a ser tratado con dignidad y a divertirse
practicando deporte.
El baloncesto contribuye a su desarrollo físico,
además de desarrollar el hábito saludable de hacer ejercicio físico. Esto le
proporciona la oportunidad de desarrollar hábitos saludables relacionados, como
son los alimentarios, de higiene y de cuidado personal. También el baloncesto
puede contribuir a desarrollar valores personales y sociales de gran
importancia en su proceso formativo.
Además, el baloncesto puede ser una excelente escuela
para que los jugadores jóvenes aprendan a comprometerse, perseverar en su
esfuerzo dando el máximo posible, tolerar las situaciones adversas y seguir
perseverando, asumir responsabilidades individuales en beneficio del grupo,
trabajar en equipo, respetar normas de funcionamiento, respetar a los demás y
ser buenos competidores, aceptando la victoria y la derrota, los buenos y los
malos momentos, como parte del proceso de la vida.
De esta manera, el baloncesto es una excelente
oportunidad educativa que los entrenadores deben saber manejar para que los
jugadores jóvenes puedan beneficiarse de ella.
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