Por M.A. Víctor Pérez
En este artículo, analizaremos la función de
la Comisión Nacional de Deporte Universitario (CNDU) y sus responsabilidades,
efectos e impactos en la comunidad deportiva universitaria. Nuestro objetivo es
también fomentar una cultura de conocimiento y desarrollo intelectual en los
estudiantes universitarios dominicanos, quienes, por su propia dinámica de vida
y otras causas subjetivas, no muestran interés en este importante asunto.
La CNDU parece existir únicamente para
organizar unos juegos anuales en algunas disciplinas. En todos los escenarios
deportivos, cuando se habla de una fase final de un torneo, siempre se espera
una planificación adecuada. Sin embargo, en los últimos años, estos eventos se
han realizado sin la calidad necesaria, careciendo de un adecuado hospedaje,
alimentación y sin la vistosidad que un evento de este tipo debería tener.
Este aspecto, que reviste una gran importancia
desde el punto de vista logístico, debe ser revisado y, desde el punto de vista
ejecutivo, redimensionado, con el objetivo de lograr resultados
cualitativamente superiores a los existentes.
El complemento de una buena actividad y
rendimiento competitivo radica precisamente en adecuar y garantizar estándares
de calidad cada día más elevados, incluyendo tecnologías de punta, materiales y
utilerías deportivas de calidad, uniformes acordes a las tendencias y diseños
de los nuevos tiempos, para que los mismos queden como recuerdo e identidad de
aquellos deportistas que defendieron los colores de su universidad y sudaron la
camiseta por su institución.
Puedo hablar específicamente del Taekwondo, un
deporte en el que participo desde 2012 como entrenador del equipo de la
Universidad Autónoma de Santo Domingo. Como equipo universitario, nunca hemos
recibido apoyo por parte de la comisión organizadora; es la academia la que
asume todos los gastos de los atletas, y lo mismo ocurre con otras
universidades. Ejemplos como este sobran para exponer, lo cual haría muy
extenso nuestro trabajo.
El deportista universitario necesita
comprender la importancia de esta comisión, que en su estructura es aliada al
Departamento de Deporte Universitario del Ministerio de Deporte y Recreación.
Sin embargo, hasta ahora, no se ha visto nada más allá de la organización de
unos juegos que carecen de atractivo para los participantes.
Recuerdo que en una versión de los juegos,
bajo la dirección de Marcos Díaz, los atletas ganadores recibieron laptops y
celulares de buena calidad, algo que no continuó ni siquiera durante la misma
gestión del nadador más conocido de nuestro país. Cuando se realizan las
olimpiadas universitarias, las federaciones toman control y envían a los
atletas y entrenadores que ellas desean. Esto me lleva a cuestionarme: ¿para
qué hacer deporte en las universidades? Miles de estudiantes abandonan
diariamente las prácticas deportivas porque no es fácil llevar una carrera
académica y entrenar a diario.
Propongo al nuevo ministro de Deporte, Kelvin
Cruz, que convoque una reunión con todos los directores de deportes de las
diferentes universidades para crear un plan de trabajo. Los deportistas
universitarios deberían tener becas directas para realizar maestrías, contar
con un seguro médico y, sobre todo, recibir apoyo para realizar intercambios
con otras universidades del mundo. De esta manera, todos desearían formar parte
de un equipo.
También se debe invertir en la capacitación de
los entrenadores, con apoyo para diplomados, maestrías y doctorados, de modo
que sientan el respaldo de ser entrenadores universitarios.
Para la organización de los juegos anuales, se
debe elegir un mes adecuado para su realización, con un presupuesto asignado,
tal como se hace con los Juegos Nacionales. Es fundamental que la sociedad
conozca su realización y se elijan lugares que atraigan la atención del
público, no como ocurre actualmente, donde incluso las finales se llevan a cabo
con gradas vacías.
Es necesario crear una gran gala con una buena
inauguración, donde todos los involucrados en cada disciplina puedan participar
dignamente. Tomemos ejemplo de las universidades donde se forman los mejores
atletas, gracias al apoyo recibido y, sobre todo, por contar con las
condiciones necesarias para realizar sus prácticas de manera digna.
Debemos recordar que, si el Deporte Escolar es
la clave para el desarrollo y fomento del deporte de iniciación, el deporte
universitario es, en muchos lugares del mundo, el que sostiene el deporte de
élite y de alto rendimiento. Hacia estos derroteros de importancia debemos
dirigir nuestras acciones, evitar palabras y consagrarnos en los hechos.
Gracias.
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