Por
Juan Batista
"El proceso de la
actividad física deportiva en las edades infantiles ha ido volviéndose mucho
más importante, en la misma medida en que se ha ido haciendo conciencia de que
es el eslabón inicial del deporte de alto rendimiento. Esto ha traído aparejada
una desmedida especialización deportiva en edades donde, por el desarrollo
biológico en que se encuentra el niño, es imposible que se puedan lograr
objetivos de rendimiento a largo plazo, es decir, en las edades donde el
deportista está en reales condiciones de mostrar sus mejores y más altos
resultados. Es por eso que se hace necesario un análisis serio y pausado de los
objetivos y tareas a realizar en el deporte escolar, para que cumpla en primer
lugar su cometido social, referido a lograr un desarrollo multilateral de esos
escolares y, a la vez, con relación al deporte, crear las bases generales que
permitan en un futuro encaminar el trabajo deportivo (en aquellos niños y jóvenes
que así lo deseen) hacia una especialización que responda a las expectativas
que se habían preestablecido.
La
iniciación deportiva y el deporte escolar
El hombre es una
unidad dinámica bio-psicosocial que produce cambios constantes, productos de
los avances sociales, tecnológicos y científicos; especialmente los
relacionados a su desarrollo motriz en busca de mayores rendimientos físicos,
intelectuales, etc. El movimiento no solo forma parte del niño, sino que es el
propio niño: niño y movimiento son inseparables. La motricidad representa un
fundamento y una condición importante, no solo para el desarrollo físico, sino
también para el desarrollo intelectual y socioafectivo. La Educación Física es
la rama de la educación que educa al hombre a través del movimiento, en lo
psicomotor, lo cognitivo-socioafectivo en función al diseño de hombre al cual
va construyendo. Cualquier limitación o descuido del aspecto motor tiene
efectos duraderos en las demás dimensiones de la personalidad; por el
contrario, si incentivamos, organizamos y dirigimos temprana y adecuadamente la
actividad motriz del niño, estimularemos el desarrollo multilateral de su
personalidad.
El desarrollo de la
Educación Física y el deporte en la niñez, ya sea en sus manifestaciones
recreativas, educativas o competitivas, de manera sistemática y programada,
incide en la preservación y el desarrollo de la salud.
No se debe tener prisa
en obtener ejecuciones correctas o resultados deportivos, sino que es preciso
permitirles al niño y al joven que enfrente sus propias dificultades y
descubra, ayudado por los profesores, las mejores soluciones para él, lo cual
redundará en beneficio de su autoafirmación. La formación motriz general
requiere de una estimulación racional y dirigida en función de la iniciativa,
la espontaneidad y la autonomía del niño o del adolescente en un clima de
respeto y de libertad responsable. Hay que tomar el tiempo necesario en la
construcción de las habilidades motoras básicas, para que luego pueda construir
habilidades motoras más complejas, como las del ámbito deportivo."
El Entrenador de la
Iniciación Deportiva
Para Ocaña, M. (2014), el entrenador es una figura de referencia
muy importante para un deportista y tiene una influencia clave en la
motivación. Al hablar de los entrenadores en la iniciación deportiva, es decir,
los que tratan con deportistas en edad escolar, es especialmente importante que
los monitores tengan una orientación educativa, además de conocimientos
técnicos, ya que en la infancia se van a dar aprendizajes clave para el
desarrollo de los niños, como personas y como deportistas. Además, hay que
tener en cuenta que su motivación futura hacia el deporte se va a asentar en
las experiencias que vivan durante la infancia.
- El entrenador es figura clave en la iniciación deportiva, en la
planificación de la enseñanza deportiva, en las interacciones durante el
entrenamiento y con su actuación en los partidos, y en las decisiones
evaluativas (Delgado, A., 2014).
- Para el trabajo que debe desarrollar el entrenador de iniciación, según
Carrillo, A. y Rodríguez, J. (2010), “se debería reflexionar sobre quién
(entrenador y educador) debería ser el responsable de la futura formación y
educación deportiva de unos niños que inician la práctica del deporte con toda
la ilusión y alegría del mundo.
Cuando hablamos de las características que deben distinguir al
entrenador de iniciación deportiva, encontramos muy acertadas las expresadas
por Burgos, E. (2013), al decir que debe ser:
- Buen profesor y educador.
- Que conozca las características psicosociales más
relevantes de los chicos que atiende.
- Que enseñe bien los fundamentos técnicos (Técnica
individual).
- Que haga que los jugadores disfruten y se diviertan
jugando y entrenando.
- Que domine estrategias que le permitan desarrollar un
método de entrenamiento que potencie la educación integral del jugador.
- Que sea capaz de inculcarles la ilusión y el cariño por
la práctica del baloncesto.
- Que les transmita confianza en sí mismos, lo cual se
traducirá en que crezca su autoestima y sean capaces de desarrollar
iniciativas personales a la hora de tomar decisiones en los partidos
(lectura del juego).
La Iniciación Deportiva preferentemente debe ser
multidisciplinaria, no cometer el error de querer especializar al niño o
adolescente en una sola disciplina deportiva, pero mucho menos querer
especializarlo en una función determinada en el deporte que se esté
practicando. Por eso queremos agregar las siguientes conclusiones que
encontramos en la web:
- Si el objetivo es que el niño juegue, se divierta y
adopte al deporte como parte integrante de la estructura de su
personalidad, la estimulación adecuada de las actividades motoras debe
comenzar lo más tempranamente posible. Es de fundamental importancia que
el niño tenga, en todas las etapas, los elementos necesarios para que
pueda integrar el movimiento como parte de su personalidad.
- La niñez es una etapa de aprendizaje y de desarrollo de
las cualidades físicas básicas y no una etapa de especialización.
- Se deben favorecer las actividades coordinadas
perceptivo motora, incentivando el juego y la socialización y evitando
todas las actividades deportivas de alto rendimiento y entrenamiento
sistemático en edades precoces.
- De ser posible se debe evitar la incorporación precoz
en los deportes competitivos, porque el niño no está preparado
evolutivamente ni psicológicamente para competir en forma aislada o en
equipo. Al mismo tiempo, se debe canalizar la competencia natural como
elemento educativo y no para que vea en el “otro” a un rival.
- Consideramos que el deporte en edades tempranas, es un
medio de educación y no un fin en sí mismo, por lo tanto, no podemos
desconocer todos los aportes de las Ciencias de la Educación a la
enseñanza del deporte.
- La edad de iniciación deportiva va a estar en
correspondencia con los intereses de la propia actividad.
- Es indispensable crear las condiciones propicias para
lograr una elevada motivación."
Juan Batista
Entrenador III FIVB
Profesor Educacion Física
Universidad
Autónoma de Santo Domingo
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